Current MUD: Reinos de Leyenda 2 Number of logs: 15296 Number of players: 4888 Moderated by: Eckol Kaitaka Satyr sierephad Zilar Zoilder
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Title: Ryland contra los piratas del Capitán TanDate: 29.01.2016
Winners:   Losers:  PPW: 0.00  
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Esta es la historia de cómo un viejo paladín, se convierte en héroe para salvar Aldara de un cruel final… la historia se llama: 

                      Ryland contra los piratas del Capitán Tan

-	¡Papa! ¡Papa! Explica otra vez la historia de Ryland y el capitán Tan. – exclamó Jamee agarrando a su padre del brazo -
-	Hijo, si te la sabes de memoria. ¡Es tu historia preferida! – contesto Roylam –
-	Lo sé papa, pero sabes que muy pronto es la fiesta de la conmemoración por tal hazaña y éste año me toca a mí  representar a Ryland en la representación del colegio, y quiero meterme más en el personaje… - replicó Jamee –
-	Vale Jamee, vale … - dijo sonriendo Roylam, rodeando con su brazo a su hijo -

Jamee era un muchacho que cursaba sexto curso en la escuela de Aldara, era hijo de Roylam y Vallery. Roylam era pescador y Vallery regentaba una pequeña pescadería en el mercado de Aldara, era un negocio familiar en donde también trabajan los padres de Vallery. Por su parte Roylam provenía de familia militar pero el hecho de conocer a Vallery y engendrar un niño, hizo que dejara esa vida y buscase algo más tranquilo. Se casó con Vallery y con los ahorros que tenía compro una pequeña embarcación y se dedicó a la pesca, Vallery por su parte, decidió seguir el negocio familiar.

En Aldara, cada día 12 de Shuyled se celebraba la fiesta de la victoria de Aldara enfrente los piratas del capitán Tan. En dicha fiesta, los niños y niñas de sexto del colegio, representaban una obra de teatro donde representaban los hechos ocurridos en tal fecha. 

Ese año, por fin, Jamee iba a representar a Ryland en dicha obra de teatro, era una cosa que llevaba esperando durante años, ya que su padre desde bien pequeño le contaba muchas veces esa historia antes de ir a dormir…

-	Jamee ve hacia tu habitación, que ahora subo. – le dijo Roylam –
-	Vale papa, ¡no tardes! – replicó Jamee –
-	No tardo, ahora subo. – le dijo Roylam a Jamee mientras sonreía a Vallery –
Jamee empezó a subir las escaleras que llevaban a las habitaciones, dejando solos a Roylam y Vallery que estaba cosiendo unos pantalones al lado de la pequeña chimenea.
-	Cuando le contarás toda la verdad Roylam? – le dijo Vallery –
-	Aún no es lo suficiente mayor para entenderlo… - dijo Roylam bajando algo la cabeza de forma pensativa –
-	¡Pero el niño tiene derecho a saber que su padre es un héroe también! – insistió duramente Vallery -
-	Mmm quizá el año que viene. – terminó Roylam, dando un dulce beso en la frente de Vallery –
-	Eso dices siempre Roylam… - replicó Vallery -
-	Ahora bajo. – dijo Roylam mientras subía las escaleras –

Cuando Roylam entró en la habitación de Jamee, éste ya estaba metido en la cama y sólo un pequeño candil iluminada débilmente la habitación junto a un viejo sombrero pirata, que según Roylam, compró a un viejo comerciantes en Isla Bucanero. Roylam de vez en cuando, iba a Isla Bucanero a llevar algo de pesca, pero era en casos muy excepcionales, ahora mismo, hacía más de tres años que no se acercaba por allí… Ese sombrero era la pieza más preciada para Jamee, lo tenía desde pequeño y le tenía mucho afecto, ya que fue el primer regalo que le hizo su padre.

-	¡Parece que ya estás preparado! – dijo sonriendo Roylam –
-	Sí, papa… Empieza, ¡empieza! – exclamó Jamee –

Y Roylam empezó la historia…

Ryland, un anciano paladín de Eralie y miembro de la Cruzada de Eralie, fuera de servicio debido a su edad, vive su día a día entre los muros de Aldara y sus patrullas por el mar de Orthos protegiendo los barcos de la flota de Aldara de los ataques de los piratas. Aldara el viejo pueblo costero en donde creció de niño, es hoy en día un sitio muy importante debido a su estratégica posición, este hecho hizo que Aldara pasara de ser un simple pueblo costero a una gran fortaleza, capaz de defender su posición ante los ataques de los piratas del Orthos.

En un momento en que las relaciones de Takome y Aldara estaban en declive sumado a los pocos ingresos por impuestos recolectados por Takome y los grandes gastos en las guerras contra Grimoszk y Dendra, se hicieron recortes en la flota marina y se apostó por la contratación de marineros con pasado militar para surcar los mares y defender las rutas pesqueras y comerciales libres de piratas y uno de ellos era el viejo Ryland…
Ryland ya no solía vestir su amada armadura completa sino que vestía de forma más cómoda. A ojos de los visitantes de Aldara, parecía un simple viejo aventurero, ya que sus pesadas armaduras descansaban en el armario de su sobria alcoba y sólo se las ponía cuando la ocasión así lo requería.

En su alcoba es donde empieza esta historia…

Aún no había salido el sol, cuando el sonido de las gaviotas revolotear por los muros de la fortaleza de Aldara despierta a Ryland. Hoy al igual que todos los días desde hace seis años, Ryland se despierta para empezar otro día de patrulla por el mar del Orthos. La función de Ryland era defender la flota de barcos comerciales y pesqueros de los ataques de los piratas que durante décadas hicieron tanto y tanto daño. Al descorrer las viejas cortinas, en vez de ver los primeros rayos de sol aparecer por el horizonte alumbrando las velas de los barcos pesqueros, una espesa niebla impide tal cosa haciendo casi imposible ver más allá de cinco metros desde el gran ventanal. Que niebla tan espesa en esta época del año… es muy extraña pensó Ryland.

La llegada de las gaviotas indicaba la llegada de la flota de pesca de Aldara, esa imagen era la que acompaña cada mañana a Ryland durante los primeros minutos de la mañana, exceptuando días como aquel. Cientos de pequeñas embarcaciones entraban en orden al muelle de Aldara para depositar las capturas de la noche en la lonja y llevarlas rápidamente a los diferentes mercados del reino de Takome. Aldara siempre ha tenido una gran fama en todo Dalaensar por su gran variedad de pescado y en su gran calidad. 
Dejó las cortinas descorridas, se dirigió hacia el viejo armario de madera de roble, y saco un viejo peto, unos pantalones bien dobles y una extraña capucha, ya que pensó que hoy con la niebla le iría muy bien. Se ajustó el cinturón y la capa y cogiendo un viejo saco que tenía junto a la puerta, salió hacia el vestíbulo de la casa para salir hacia las calles del pueblo de Aldara.

El día empezaba con un gran desayuno en una de las pequeñas tabernas existentes en el mercado de Aldara, desde sus tiempos mozos, siempre era costumbre desayunar un buen plato de sardinas a la brasa acompañando de pan con aceite de Nimbor, acompañando tan exquisita comida un poco de vino procedente de las extraordinarias viñas de Veleiron. Allí siempre se encontraba con algunos marineros que acaban de llegar de pasar toda la noche pescando y antes de ir a casa, se pasaban por la taberna para traer algo de mercadería y aprovechar para tomarse un buen trago de cerveza enana.

Ryland escuchó hablar a dos viejos marineros que hablaban de la espesa niebla que había aparecido esa mañana y los extraños ruidos escuchados durante la noche.
El día a día de Aldara empieza a despertarse, el mercado empieza a abrir las puertas y las calles empiezan a llenarse de vida y multitud de gente y algún que otro pequeño ratero que aprovecha la multitud para sortear a la milicia de Aldara y lograr pequeños robos. 
Caminando con paso firme, se dirigió hacia el Elevador de Aldara pasando por la transitada plaza de Aldara. El elevador de Aldara era la forma más usada para bajar al viejo muelle, aunque Ryland conocía de otras formas, ya hacía años que lo usaba de manera normal. 

Durante el trayecto habló un rato con Gairm. Ese hombre era muy nervioso, o al menos así se ponía cuando Ryland hablaba con él. Ryland tenía el presentimiento que escondía algo.
Eran cerca de las once de la mañana cuando Ryland subía a su barco para acabar con los preparativos de preparar la embarcación para coger el testigo de Cougnant, capitán del “Destino”. Cada barco, estaba durante diez días en alta mar patrullando y se iban pasando el testigo entre los cuatro barcos destinados a esa tarea, quedando siempre uno en el muelle y los otros tres en el mar. Ese día le tocaba a Ryland empezar su turno después de varios días de descanso en Aldara.

Pasaban varios minutos de las doce del mediodía cuando aún no había noticias de Cougnant, era extraño, ya que normalmente, el cambio de testigo se realizaba hacia las once de la mañana… Ryland sabía que algo ocurría. Mandó a sus hombres soltar los cabos y salir hacia esa espesa niebla para adentrarse en el mar para salir al encuentro del capitán Cougnant, quizá estaba en problemas… 

En ese momento, unos gritos de júbilo se escucharon por el muelle… Parecía que por fin llegaba el “Destino” al muelle, al cabo de unos instantes, los gritos de júbilo se convirtieron en gritos de histeria… el barco no parecía que fuera a frenar… Ryland desde la privilegiada posición que le proporcionaba estar en el puente de mando de su barco vio como el barco estaba destrozado y no había rastros de vida en él, el palo mayor había caído encima del puente de mando y parte de las velas estaban rotas o quemadas… El barco golpeó contra el muelle de Aldara con tal fuerza, que hizo temblar parte del mismo, llegando incluso a penetrar en el mismo. Pequeñas embarcaciones que estaban amarradas cerca del lugar fueron destrozadas y hundidas al momento y algunos marineros y familiares que esperaban al “Destino” fueron aplastados literalmente por el barco al destrozar el suelo en donde se encontraban… Ryland veía impotente la escena…aún no había articulado palabra alguna cuando…


¡¡¡BBBOOOOOMMMMMMMMMMMM!!!


Una fuerte explosión contra el muro sur del fuerte de Aldara, confundió más a todos la gente que quedaba en el muelle. A esa explosión le siguieron varias más… 


¡¡¡BBBOOOOOMMMMMMMMMMMM!!!

¡¡¡BBBOOOOOMMMMMMMMMMMM!!!

¡¡¡BBBOOOOOMMMMMMMMMMMM!!!


Eran proyectiles que provenían de la niebla, los pocos marineros que quedaban en el muelle empezaron a correr al verse indefensos enfrente de los lanzamientos de proyectiles, grandes piedras de los muros del fuerte empezaron a desprenderse de las murallas cayendo encima de la gente… Ryland viró su mirada del muelle a la niebla y logro ver varios barcos con los cañones apuntando a Aldara… 

-	PIRATAS!!!! – gritó Ryland –
-	Todos a sus puestos! – ordenó Ryland tomando el timón del barco para encararse con los barcos que estaban atacando Aldara –
-	Carguen los cañones y disparen a discreción!! – dijo mirando hacia la niebla -

Ryland dirigió su embarcación encarándola contra los barcos y ordenó que empezaran a disparar los cañones. El barco de Ryland era de los mejores de todos los mares, tenía una gran resistencia e iba muy bien armado, cosa que ayudó y mucho, para hundir fácilmente varios barcos piratas, el problema era que eran muy numerosos y el poderoso barco empezaba a flaquear por estribor. Durante el intercambio de proyectiles, Ryland logró ver algo entre la espesa niebla… se subió al mástil de proa y logró ver, flanqueado por varios barcos, un barco más grande con una de las banderas más inconfundibles que conocía… era el barco del Capitán Tan. En ese momento Ryland entendió que eso no era un simple ataque y que debía tomar decisiones muy rápidamente, sino, Aldara caería bajo el garfio del Capitán Tan.

Ordenó que siguieran disparando a discreción contra los barcos piratas que fueran acercándose, Ryland sabía que esa guerra sólo se podía ganar de una manera, debía ir en busca del Capitán Tan. Bajó y acompañado de un pequeño grupo de hombres, cogió una pequeña embarcación y aprovechando la espesa niebla fueron sorteando todos los barcos enemigos hasta llegar al propio casco del barco del Capitán Tan. 
Con ayuda de varios arpeos de abordaje, accedieron a la cubierta del barco y aprovechando el ruido de los cañones de los barcos, lograron terminar con varios piratas sin ser vistos, cosa que duró poco ya que fueron descubiertos y empezó una gran pelea entre los hombres de Ryland y los piratas del Capitán Tan. Los piratas eran más numerosos, pero Ryland y sus hombres, eran hombres bien entrenados y eran mejores que ellos por lo que poco a poco se fueron igualando las fuerzas.

Los piratas eran cada vez menos cuando irrumpió ante Ryland y sus hombres, el mismísimo Capitán Tan. Varios de los hombres de Ryland fueron hacia el Capitán mientras Ryland rodeado de varios piratas iba avanzando hacia donde se encontraba el Capitán Tan luchando contra sus hombres. A medio camino, se cruzó ante Ryland un feo pirata, alto como un pino y doble como un barril de cerveza enana que de un golpe de martillo noqueo durante unos instantes a Ryland y cuando el pirata iba a rematar a un Ryland aturdido con un sable apareció Morlay para proteger a su capitán. Morlay era uno de los hombres de confianza de la tripulación de Ryland, éste se lanzó hacia el pirata recibiendo una fea estocada de sable en su estómago, propiciando con su acción que Ryland pudiera recomponerse y ajustar cuentas con el pirata y terminar con su vida rápidamente con su espada Inspiración, arma que siempre le seguía acompañando, fuera donde fuera.

-	Termine con él! – dijo Morlay dirigiendo la mirada hacia el Capitán Tan –

En ese momento, el Capitán Tan acababa con la vida de otro de los hombres de Ryland y dirigía su mirada desafiante hacía él… sólo quedaban ellos dos en pie…

Sus miradas se cruzaron y corrieron el uno contra el otro cuando…


¡¡¡BBBOOOOOMMMMMMMMMMMM!!!


Un gran proyectil impactó contra el palo mayor del barco haciendo que éste cediese. Ryland giró su cabeza hacia la dirección de donde procedía el cañonazo y logro ver cómo era el barco de Drometh, capitán de otro de los barcos patrulleros de Aldara que llegaba para ayudar a derrotar a los piratas… Ryland volteo su cabeza hacía el Capitán Tan que se levantaba apartando unas telas ardiendo de sus pies y ya dirigía su sable hacia Ryland cuando éste sin arma en las manos, bloqueo el ataque con un gran escudo que estaba junto a un montón de armaduras, parecía parte de un botín y no de fabricación propia ya que el escudo llevaba la marca de Dendra. Había perdido su arma al impactar el proyectil de Drometh en el barco, tenía la Inspiración a varios metros a su derecha, así que volteó sobre su cuerpo protegiéndose con el escudo de los ataques del Capitán Tan y alcanzó su Inspiración que yacía en el suelo. Ahora sí que sí, uno frente el otro, metal contra metal…

Fueron varios minutos que sólo se escuchaba el sonido del metal contra metal, y después de perseguirse mutuamente por todo el barco, las fuerzas empezaban a flaquear. Ryland viendo que los barcos piratas iban cayendo poco a poco debido a los ataques de sus hombres desde el destructor, Drometh desde su barco y de los cañones situados en las murallas del fuerte de Aldara, con renovadas fuerzas levantó su Inspiración hacía el cielo y protegiéndose el cuerpo con el extraño escudo de Dendra, pronunció un grito que terminó bajando el brazo y dirigiendo la espada al pecho del Capitán Tan no ocurriendo nada y provocando una risa burlesca en él… a los segundos, un haz de luz salió de la espada e impacto de lleno al pecho del Capitán Tan que le hizo retroceder varios metros. Su cara y sus ojos mostraban sorpresa por tal poder… Ryland, aprovechando el momento, cargo con todas sus fuerzas hacia el Capitán Tan con tal fuerza, que al golpear con su Inspiración el sable del Capitán Tan, éste se rompió en dos sin poder parar el ataque de Ryland, que golpeó de lleno en el pecho desprotegido del Capitán Tan que empezó a sangrar abundantemente…


¡¡¡BBBOOOOOMMMMMMMMMMMM!!!


Otro proyectil impactó en el casco del barco y éste se inclinó de manera pronunciada, lo que provocó que Ryland perdiera un poco el equilibrio y el Capitán Tan aprovechara para levantarse del suelo y blandir un pequeño puñal que se sacó de una de sus botas… Ryland recuperando la verticalidad, y viendo al Capitán Tan malherido, lanzó un golpe redentor hacía él, que éste nada pudo hacer para evitarlo y dejando caer el puñal, retrocedió varios pasos a la vez que Ryland cargaba con una voluntad inquebrantable hacia su objetivo. Ryland asestó una brutal carga a un débil Capitán Tan que le provocó otra fea herida en el costado derecho que le hizo vomitar sangre.

-	Has ganado esta batalla… - dijo el Capitán Tan tosiendo sangre –
-	Volveré y me vengaré! – susurró mientras sus rodillas golpeaban al suelo al caer -

Ryland viendo el cuerpo del Capitán Tan caer encima de su propio charco de sangre, bajó su arma y entonces fue cuando se percató que el barco entero estaba en llamas y los pocos barcos piratas que quedaban enteros estaban huyendo siendo perseguidos por el barco de Drometh, la espesa niebla ya se estaba levantando y el silencio se adueñó de los alrededores del muelle…

El barco empezaba a hundirse sin remedio cuando Ryland levantó a Morlay que aún respiraba,  el barco estaba envuelto en un negro humo provocado por el fuego por lo que Ryland cogió un viejo sombrero pirata y lo mojo en un pequeño barril de agua para proteger del humo a Morlay… se dirigió hacia las escaleras para saltar al mar y salvar-se de morir quemados cuando alcanzó a ver la pequeña balsa con la que habían llegado al barco. Con ella se dirigieron hacia el muelle donde se empezaron a escuchar los primeros gritos de júbilo. Una vez llegaron a los restos del muelle de Aldara, varios milicianos cogieron en brazos a Morlay y se lo llevaron hacia el fuerte para controlar sus heridas, Ryland logró bajar por su propio pie, pero estaba tan cansado del esfuerzo realizado que se tuvo que apoyar al soldado que estaba ayudándole a bajar de la balsa. 

Entregando el extraño escudo (y salvador) encontrado en el barco del Capitán Tan a Keliope, marinero a sus órdenes que había venido a ayudar-le, se giró y pudo ver terminar de hundirse en el mar los restos del barco del Capitán Tan y con él, se iba el cuerpo sin vida del capitán… ¿para siempre?


-	Que descanses Jamee. – dijo dulcemente Roylam acomodando la cabeza de un Jamee que hacía ya unos minutos que dormía –
Roylam se quedó inmóvil mirando el viejo sombrero pirata de Jamee, alargó una mano para cogerlo pero a medio camino dudo unos segundos y finalmente, dirigió su mano hacia el candil y lo apagó dejando la habitación en una ligera penumbra sólo iluminada por la luna de llena de Argan. Ajustó la puerta y se dirigió hacia el comedor donde Vallery esperaba su vuelta.

-	Le ha costado dormir-se, pero finalmente se ha dormido sin poder escuchar el final de la historia – dijo sonriendo Roylam, mientras se sentaba en una butaca poniendo su mano derecha en el costado derecho del abdomen –
-	¿Te duele? – le preguntó Vallery –
-	Ya sabes que sí, siempre que explico la historia, me duele la herida. Es como si algo o alguien quiera recordar mi papel en la misma – dijo levantando parte de la camisa dejando a la vista de Vallery una fea cicatriz –
-	Vamos a dormir, estoy cansada. – le dijo Vallery, levantándose de sillón y ofreciéndole su mano para que la cogiese –
-	Si, vámonos – dijo Roylam, a la vez que cogía la mano a su mujer y dulcemente se abrazaban dirigiéndose hacia las escaleras -
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