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Los vientos de la aventura, transportaron a Odilhusad al reino de Dendra. Tras una tranquila expedición por el bosque impenetrable, de repente se desato una guerra en todos los frentes. Takomitas, semi-elfos, enanos contra Dendritas y lagartos.

Desde su escondrijo, Odilhusad observo como la batalla se decantaba a favor del bando de Eralie. Cuando todo había finalizado, espero a que cayera la noche y entonces uso su ultimo disfraz favorito, el de Ylhamdhil, la princesa elfa, dado que era lo más probable que si era detectada, el disfraz de elfa sería de ayuda.

Lamentablemente no fue así, una partida de exploración que Odilhusad no detecto, apreso al Sacerdote de Khaol, maniatándolo en su alter ego de princesa elfa y trasladandola a la Carcel de la Inquisición para ser torturada  por Khaifas el Regente de la Inquisición de Seldar.

Catedral de Seldar: Mazmorras [|s|,|e|,|n|,-o-]
Ylhamdhil, la princesa elfa,  está retenida aquí.

    

 Ylhamdhil se retuerce entre las cadenas que lo atan a la pared, mientras mira como llega Khaifas a la sala de interrogatorios.

Khaifas entra en la sala con una sádica y amplia sonrisa en su rostro, se nota que la tortura es una de sus actividades favoritas.

Khaifas exclama: Vaya, vaya, ¡vaya! ¡Mira a quien tenemos aquí!

Khaifas exclama: ¡¡Ni más ni menos que una princesa elfa!!

 Ylhamdhil gruñe al inquisidor.

 Ylhamdhil dice: ¡No se te ocurra tocarme, sucio perro!

Khaifas pregunta: ¿Debería sentirme privilegiado ante el honor de tu presencia?

 Ylhamdhil se ríe en su interior.

Khaifas ríe a carcajadas como un auténtico psicópata!

 Ylhamdhil dice: Nunca entenderías ante quien te encuentras, ni el honor que se te ha sido concedido sin saberlo.

Khaifas exclama: ¡Vaya! ¡Veo que tienes ganas de hablar!

Khaifas dice: Entonces, quizás no hace falta "tocarte" en demasía.

Khaifas sigue riéndo mientras se acerca a una mesita, y saca un estuche lleno de herramientas de tortura, que prepara
meticulósamente

Khaifas exclama: Bueno, ¡dejémonos de presentaciones!

 Ylhamdhil dice: Nunca he perdido el gusto por una buena charla, no obstante... solo te lo diré una vez. Suéltame antes de que te arrepientas.

Khaifas agarra una barra metálica de entre todas las herramientas y acerca la punta al fuego de una antorcha para calentarla.

 Ylhamdhil mira la barra de hierro impasible.

Khaifas pregunta: Entonces, ¿que bonito cuento élfico vas a contarme esta tarde?

Khaifas pregunta: ¿Alguno sobre movimientos de tropas, quizás?

Khaifas mira a Ylhamdhil con picardía y diversión.

 Ylhamdhil dice: Yo no se nada de la guerra, me asquea tanto odio y derramamiento de sangre.

 Ylhamdhil dice: Pero se un cuento...

 Ylhamdhil dice: ¿Sabes ese de la Princesa Elfa que degolla al inquisidor?

Khaifas se ríe del chiste de la Elfa.

 Ylhamdhil sonríe de forma sádica... no puede impedir que su ego principal asome ante el disfraz de princesa Elfa.

Khaifas exclama: Jajajaja, así me gusta, que no pierdas el sentido del humor!

Khaifas pregunta: Bueno, entonces entiendo que todo esto es un mal entendido, y sólo andabas por nuestro querido Bosque Impenetrable...¿recogiendo flores, no?

 Ylhamdhil dice: Que andaba yo haciendo en el Bosque son solo asuntos mios.

Khaifas se acerca a Yhlamdhil con el hierro candente al rojo vivo, y de repente su rostro se ensombrece...

Khaifas pregunta: ¿Eso es todo lo que tienes que decir?

 Ylhamdhil escupe al inquisidor en la cara.

 Ylhamdhil dice: ¡Y si quieres te lo vuelvo a repetir!

Khaifas pega el hierro ardiente a la barriga de la elfa, que empieza a chillar de dolor, mientras humo y olor a carne quemada llenan la estancia!

Gritas exclamando en dendrita: ¡¡¡AAAAARRRGGHHHHHHH!!!!

Khaifas exclama: DIME TODO LO QUE SEPAS DE LAS TROPAS TAKOMITAS, ESTUPIDA ELFA!!!

 Ylhamdhil dice: ¡¡¡Ya te he dicho que no se nada!!!

Khaifas aparta el hierro un segundo, para luego volver a pegarlo al cuello de la elfa.

Khaifas exclama: ¡¿TE CREES QUE SOY ESTUPIDO?!

 Ylhamdhil aguanta esta vez el dolor impidendo darle a Khaifas el placer de verla gritar.

Khaifas exclama: ¡¡HE DICHO QUE ME CUENTES LO QUE SEPAS DE LOS EJERCITOS ATACANTES!!!

 Ylhamdhil dice: ¡¡Y TANTO QUE ERES ESTUPIDO!!

 Ylhamdhil dice: Pero esta bien...

 Ylhamdhil dice: Te contaré....

Khaifas se aparta de la elfa, dándole un pequeño respiro para que pueda hablar.


Khaifas dice: Soy todo oídos, princesa...

 Ylhamdhil dice: Puedo decirte una cosa importante....

 Ylhamdhil dice: ¡QUE OS HAN DADO UNA PALIZA Y HAN MASACRADO A VUESTRAS FUERZAS!

Khaifas tira la barra metálica al suelo, iracundo, y vuelve a la mesa de sus herramientas.

 Ylhamdhil sonrie para sus adentros... el plan de escape comienza a plasmarse en su mente.

Khaifas dice: Está bien, está bien, veo que tendré que empeñarme más a fondo...

Khaifas se da la vuelta con unos alicates en sus manos, los ojos inyectados en sangre y una sonrisa sádica en su rostro.

 Ylhamdhil observa fijamente a Khaifas... por primera vez teme que le haga algo...irremediable.

Khaifas dice: Por cierto, no sé si estarás al caso de lo ocurrido, pero de todas las tropas Veleironitas que había en el Bosque Impenetrable, sólo un pequeño reducto de los Lasse-Lanta ha sobrevivido

Khaifas dice: Si tenías alguna esperanza de ser rescatada mientras dura éste interrogatorio, déjame decirte que es del todo imposible, es más, acabo de decidir que si me das la información que quiero, quizás te mate antes de obligarte a ver como les aniquilamos a todos.
    

 Ylhamdhil piensa para sus adentros: Si me esta mencionando a los Lasse-Lanta... piensa que pertenezco a ellos.

 Ylhamdhil dice: Pues me alegro, seguro que por cada uno de los que han caido se han llevado a 100 soldados dendrita.

Khaifas exclama: Creo, ¡que mas bien fue al revés!

Khaifas suelta una sonora carcajada.

Khaifas se acerca a la princesa, y tras mirarla directamente a los ojos desde unos escasos centímetros de su rostro, se agacha y empieza a descalzarla.


Khaifas descalza a Ylhamdhil, coloca el dedo gordo entre las tenazas, y vuelve a mirarla directamente a los ojos.

Khaifas exclama: ¡¿Y BIEN?! ¡¿VAS A DECIRME ALGO YA O TE DEJO SIN DEDOS?!

 Ylhamdhil observando el acto que va a cometer Khaifas, decide que es el momento de ejecutar su plan de escape, por lo que comienza a pronunciar una retalia en voz baja.

Comienzas a formular el hechizo 'Oscuridad fatídica'.
Unes las palmas de tus manos mientras susurras horrendas letanías.
Separas tus manos lentamente y pequeñas hebras de oscuridad aparecen entre ellas, unidas como una pegajosa tela de araña con sendas palmas.

Khaifas exclama: Tus inútiles oraciones no te serviran de nada!

Pronuncias el cántico: 'xeno fatum lios tenebrum'
Posas sendas manos en el suelo al terminar de realizar tu cántico y las hebras de oscuridad recorren el entorno rápidamente.

Un impenetrable y terrorífico manto de oscuridad envuelve la sala en la más absoluta negrura.

Khaifas exclama: ¡¿COMO?! ¡¿Que esta pasando?!

 Ylhamdhil invoca una terrible oscuridad que le deja totalmente invisible. Rapidamente se libera de las ataduras que lo mantenian contra la pared.

Khaifas cierra las pinzas con todas sus fuerzas, pero el dedo de la elfa ya no está ahi!!

 Ylhamdhil dice desde las sombras: Te dije que no sabias con quien estabas metiendote...
    

+ Te preparas para ejecutar apuñalar.
¡Tu ataque busca una localización desprotegida de Khaifas!
# Clavas con fuerza tu Puñal Cristal en una mano de Khaifas, aunque parece que solo le has provocado ligeras heridas.

    
Khaifas exclama: ¡¡¡AAARGH!!!
    

+ Te preparas para ejecutar escabullirse.

Khaifas exclama: ¡DA LA CARA, MALDITA!
    

¡Pierdes de vista a Khaifas!
¡Lanzas tu Bomba de Humo contra el suelo, y al instante el entorno se llena de un humo espeso que impide ver nada!
Aprovechando la situación, huyes hacia el oeste.



    

Catedral de Seldar: Recibidor (Oscuridad fatídica) [-e-,|o|,-n-,fu]
Dos Soldados de la Orden del Oso y Alto Inquisidor de Seldar están aquí.
Plano.

 20:25 Ylhamdhil sale huyendo a la mayor velocidad que puede... durante un tiempo duda que vuelva a usar el disfraz de elfa.