¡Plaaashhh! Otro cuervo muerto caía en el cesto de la esquina. Solo había 3 cuervos pero su sangre llegaba hasta la mitad, creando un charco sangriento en los que flotaban los cuerpos de plumaje negro. ¡Aaaaaaaarrrrgggg! Al fondo de la oscura estancia se encontraba de espalda un humano canoso de piel oscura sujetando con las dos manos un cuervo por encima de su cabeza. El cuervo no paraba de graznar y agitar sus alas pero no se movía del sitio ni un ápice. ¡Clack! ¡Plaaashhh! Otro cuervo caía en la cesta con el cuello partido, haciendo un total de 4 en el matadero.
El humano se pasó la mano por la frente perlada de sudor. Unos segundos... Cruseht suspiró hondo. - ¿Dónde se ha metido ese Avendrok? - ¡Hace meses que no le veo y sigo con dudas de algunos hechizos! - ¡Vaya mierda de cuervos! - ¡Aaaargg! Cruseth se sujetó la cabeza con sus manos y uñas ennegrecidas.
Toc, toc, toc.
Unos instantes de aquel sonido, Cruseth se gira a la puerta y abrió de un golpetazo. - ¿Qué es tan importante para interrumpirme? Cruseth hace una mueca poco agradable. Entre la penumbra se puede distinguir lo que parece un joven humano tembloroso. - Disculpa señor Cruseth... - Un muchacho de 16 años solicita vuestra atención. Cruseth hace una mueca de asentimiento. - Espero noticias de un joven llamado Rendran. - ¡Como sea otro le convierto en espectro!
Cruseth salió a toda prisa dejando al humano tembloroso de pie en la puerta. |