Al final del sendero se escuchaba un cántico suave... ¡Craaaashh! ¡De repente se oye un cristal romperse y un grito de dolor!
Pronuncias el cántico: 'defenestrate' Trazas con ambas manos un rectángulo en el aire y una enorme ventana aparece justo detrás de Bandido entre una gran humareda chispeante. ¡Cierras con fuerza sendos puños y una ráfaga mágica sale disparada en dirección a Bandido! ¡Bandido sale disparado contra la ventana y la revienta estruendosamente, volando 6 metros antes de caer malherido al suelo! Propinas el golpe mortal a Bandido. Bandido cae al suelo sin vida. Los restos de cristales esparcidos por el suelo se esfuman.
Cruseth lucía una sonrísa malévola. - Asquerosos ladrones. - ¡Hijos de puta! - Ya no molestareis más mierda de puñal ensangrentado. - ¡Ensangrentado de vuestra sangre! - ¡Ja ja ja ja! (risa maligna)
Antes de marcharse de la escena, Cruseth tocó al asqueroso bandido con su mano arrancando lo que le quedaba de energía. Ya revitalizado se giró camino a la ciudadela.
Un rato después dio parte de la misión cumplida y fue recompensado por ello. Sin embargo,no estaba contento. Su verdadero premio debía ser continuar las clases de magia con Avendrok. A él regresó el recuerdo de los cuervos inútiles... - ¡Busquemos otro dichoso cuervo!
Por fin, tras un largo rato enconró entre cientos un cuervo que parecía gustarle y que según el maestre de la ciudadela conoce a Avendrok. Con la maestría que le caracteriza con los cuervos, lo aprisionó con una sola mano e inmovilizando. Patas arriba, mano en el buche, dedos sujetando las alas al cuerpo. En seguida llegó a su lugar de estudio. Metió bruscamente al cuervo en la jaula con otros 3 cuervos muertos y se dispuso a escribir la carta. De sus pensamientos salió, al menos de momento, el joven Rendran... |