Una vela agonizando era toda la iluminación de la estancia. Un ser canoso y esquelético se encontraba en frente, con un pergamino extendido en la mesa. Muy lentamente movía los labios y hacía gestos con las manos.
¡Toc, toc, toc!
Cruseth dio un rebote en la silla. Algunas cosas de la mesa salieron desperdigadas. - ¿quien coño se atreve a llamar de esa forma? - Como no sea importante ¡Lo mando a la hoguera! Cruseth suelta un gruñido mientras se acerca a abrir.
Fuera, un niño mugriento temblaba pero se mantenía firme. - Señor. - Me han hecho hacerte llamar desde la fortaleza. - ¡Han avistado a un paladín de Eralie directo a atacarnos! - ¡Necesitamos vuestra ayuda, maese Cruseth!
Sin demora ninguna ambos se dirigieron a la puerta oeste de Galador. Allí, Cruseth se preparó para el combate. Lo primero fue invocar una criatura del más allá con todo su poder que le hiciera compañía, así pues mató a un desdichado pobre que vio de paso y con su cuerpo extrajo del mas allá a un poderoso lich. Luego puso su mano izquierda sobre el antebrazo derecho y de su mano emergió una mano espectral. Estuvo haciendo otros hechizos previos al combate, sin prisa pero sin pausa. El niño le aguardaba cerca de los guardias de la puerta. Cruseth se acercó y ajustándose la túnica emprendieron la marcha a toda prisa seguidos por su invocación. Ya cerca de la fortaleza encontró el problema.
-Maeldor (Hum)- llega galopando en su Hipogrifo Marrón desde el oeste. Maeldor aterriza aquí para decidir el camino a seguir. Veterano del Ejército de Dendra examina las defensas de Hipogrifo Marrón en busca de un hueco por donde hacer mucho daño con su Acero Dendrita. * Evitas el fulgurante ataque redentor de Maeldor que deja una estela luminosa en el aire.
No es menester expresar en este lugar y en este momento los detalles del combate, pero se podría decir que Cruseth no empezó con buen pie. Ante tal magnitud del problema Cruseth no tuvo mas remedio que informar a Galador de la situación de ataque a la fortaleza. Estuvo entreteniendo al paladín intruso con algún hechizo que otro tan solo para ganar tiempo al encuentro de sus compatriotas.
Dos Liches y dos Manos espectrales están aquí. Garia (Hum) y nueve Chreydehn (Hum)es están aquí. [n,s,ne] Camino Fronterizo
No se puede decir que fuese un combate glorioso, mucho menos épico, pero entre los tres consiguieron repeler el ataque. Cruseth, extenuado, volvió a paso lento a Galador, para descansar y continuar con sus que haceres.
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