Los Dioses te dan la bienvenida a sus Reinos de Leyenda, Eldoms.

        Prepárate a morir 17 veces antes de caer al suelo pequeño.





diez -|Aldamare|/-es se va hacia oeste.
o
Estás siendo atacado por Sacerdote-Instigador Guldurbh.
Estás siendo atacado por Sajuaguín.
Estás siendo atacado por Sajuaguín.
Estás siendo atacado por Cría de Hidra.
Estás siendo atacado por Negador Sajuaguín.
Cuevas de Aldara [so,e]
Negador Sajuaguín, dos Sajuaguines, Sacerdote-Instigador Guldurbh y Cría de Hidra están aquí.
diez -|Aldamare|/-es está aquí.
> 
diez -|Aldamare|/-es se va hacia este.
* Sacerdote-Instigador Guldurbh salta colérico contra tí y te derriba con un bestial golpe de su Lanza. Apenas eres capaz de sentir el dolor por el impacto, pues tu rival retira el
 arma de tu cuerpo para atravesarte el pecho una y otra vez hasta que termina con tu vida. En los escasos momentos que tu espíritu aún flota sobre tu cuerpo eres capaz de ver como tu oponente aún
 sigue ensañándose sobre tu cadáver exánime.
* Un brutal movimiento de la Lanza de Sacerdote-Instigador Guldurbh te desgarra por completo el interior, haciendo que grites en agonía cuando empiezas a sangrar sin control. En tu
 estado catatónico, intentas recoger las vísceras que se te escapan por una pierna en un vano intento por aferrarte a la vida, pero es inútil, pues escasos segundos después tu rival te propina una
 brutal patada que envía a tu efímera consciencia hacia los mares insondables del purgatorio.
Un enorme boquete se te abre en una pierna y comienza a sangrar de forma incontrolada, dejando un rastro de sangre tras de ti.
¡El golpe de Sacerdote-Instigador Guldurbh te eviscera una pierna!
* Sacerdote-Instigador Guldurbh te perfora con cólera titánica en una pierna.
* Sacerdote-Instigador Guldurbh te pincha con cólera titánica en el pecho.
Negador Sajuaguín cierra los ojos y parece concentrarse dolorosamente mientras te señala con un dedo escamoso.
El aura bendita que te rodeaba parpadea hasta desvanecerse.
Tu cuerpo sin vida cae al suelo. Parece que te han matado...
Sin darte tiempo a observar tu cuerpo inerte, tu espíritu se eleva y abandona Eirea.
Salvando...
e
Parece que este no produjo efecto alguno.