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Galinzdra se encontraba realizando gestiones rutinarias acorde a su puesto de trabajo, cuando el nuevo recluta Seldrion aparece bajo el arco de la entrada.
Galinzdra dice encantadoramente: ¡Recluta Seldrion! Adelante... no es necesario que sujete el marco de la puerta. Pase y dígame que desea.
Seldrion avanza con pasos firmes y lentos.
Seldrion dice: Saludos.
Galinzdra dice encantadoramente: Bien, así me gustan los reclutas, educados. Saludos Seldrion.
Seldrion dice: Después de la charla de esta mañana, me ha dado mucho que pensar.
Galinzdra dice encantadoramente: Ese era el objetivo de la charla... ayuda a reducir los tiempos de indecisión. Debemos formaros cuanto antes pues hace falta personal en las calles.
Seldrion dice: Que me trataran como a un igual, ya es algo que me descoloca, mi infancia fue dura, por mi … aspecto.
Seldrion dice: Mis grises orejas puntiagudas siempre fueron un objeto que señalar.
Galinzdra dice encantadoramente: Bueno, por si acaso, me disculpo por haberle dominado y obligado a hacer aquello. Era una forma rápida de mostrar al resto de reclutas los beneficios de especializarse.
Seldrion dice: Y bueno, llegué aquí queriendo prosperar con la magia, pero nunca me planteé el tener que especializarme en alguna escuela y dejar atrás otras posibilidades.
Galinzdra dice encantadoramente: Y me lamento por el trato que otras personas le hayan dado por sus características raciales.
Seldrion se encoge de hombros.
Galinzdra dice encantadoramente: Como te instruí en su momento, elegir el camino de la magia salvaje es tan loable como especializarse.
Seldrion dice: Y la verdad, es que no quiero que la magia me domine, y me haga perder la cabeza.
Seldrion dice: No es la primera historia que escucho similar.
Galinzdra asiente orgullosa al ver que su discurso influyo en Seldrion.
Seldrion dice: Y es por eso que quiero dominar el éter y la magia, y no al contrario.
Seldrion dice: Pero como mas agusto me siento es siendo un alma libre sin ataduras a una escuela mágica.
Galinzdra dice encantadoramente: Me parece una decisión muy lógica y loable.
Galinzdra dice encantadoramente: Si eso es lo que sientes, y tienes claro tu camino.
Galinzdra dice encantadoramente: Te asignare un tutor acorde a tus habilidades... ¿te parece bien?
Seldrion exclama: ¡Estupendo!
Seldrion dice: Un tutor…
Galinzdra dice encantadoramente: Bien... dame un momento.
Galinzdra formula un hechizo de encantar con animación sobre una pluma y un papel.
Seldrion se seca algunas lágrimas de su mejilla.
Galinzdra dice encantadoramente: Pluma, te ordeno que escribas lo siguiente...
Galinzdra dice encantadoramente: Querido Rhylzaer, tenemos un joven arcano muy prometedor en la Guardia Nivrim.
Galinzdra dice encantadoramente: Como tu sargento, te ordeno que le instruyas en la magia salvaje, y que lo vigiles y controles severamente.
Galinzdra dice encantadoramente: Conozco bien tu poder por nuestras aventuras y espero que logres exprimir el máximo potencial de Seldrion.
Seldrion mira atentamente a Galinzdra.
Galinzdra dice encantadoramente: Con esta carta, que acompañara al sujeto, te lo entrego para que comience su entrenamiento.
Galinzdra dice encantadoramente: Carta, te ordeno que te dobles y te entregues a Seldrion.
Galinzdra finaliza el hechizo de encantamiento sobre los objetos inanimados.
Galinzdra dice encantadoramente: Seldrion, deberás localizar a Rhylzaer, el será tu shalafi e instructor en la Guardia Nivrim.
Seldrion recoge la carta, y la alza al cielo antes de guardarla entre sus sucias vestimentas.
Seldrion exclama: ¡Si, señora!
Galinzdra dice encantadoramente: Entrégale esta carta y no te dejes vences por sus toscas maneras. A veces es rudo, pero tiene buen corazón.
Seldrion asiente lentamente.
Galinzdra saca una bolsa de dinero del primer cajón de su escritorio.
Galinzdra dice encantadoramente: Antes, pasa por el intendente y compra un uniforme acorde a tus cualidades. Esa ropa que llevas esta demasiado andrajosa.
Galinzdra lanza la bolsa a las manos de Seldrion
Seldrion mira incrédulo la bolsa de monedas.
Seldrion le devuelve una enorme sonrisa a Galinzdra.
Seldrion dice: Una cosa…
Galinzdra dice encantadoramente: ¿Sí?
Seldrion pregunta: ¿Donde debería buscar a Rhy..rhyl..rhylzarr?
Galinzdra dice encantadoramente: Rhylzaer. Es una buena pregunta, pues es un culo inquieto.
Seldrion se encoge de hombros.
Galinzdra dice encantadoramente: No obstante todos tenemos responsabilidades en la Guardia Nivrim. Pasa de vez en cuando por la entrada del gremio, y revisa los que han fichado entrada en el servicio.
Galinzdra dice encantadoramente: Cuando veas su nombre, sabrás que está por Anduar en sus funciones.
Seldrion dice: Entendido.
Galinzdra dice encantadoramente: ¡Y otra cosa Seldrion!
Seldrion pregunta: Mientras tanto…¿Puedo ayudar con alguna labor?
Galinzdra dice encantadoramente: Muchos comerciantes y nobles de la ciudad intentarán amedrentar tu autoridad. Comienza a forjar la suficiente autoestima para defenderte y saber poner a cada cual en su lugar.
Galinzdra dice encantadoramente: Se que has pasado una vida dura, pero en la Guardia de Anduar no se permiten pusilánimes.
Seldrion sonríe a la par que sus ojos arden en deseos de hacer sentir orgullosa a Galinzdra.
Seldrion dice: No lo dudes, que así será.
Galinzdra guiña un ojo a Seldrion.
Galinzdra dice encantadoramente: Sino quieres nada más, por favor, cierra la puerta al salir.
Seldrion dice: Hasta la próxima, gracias por atenderme.
Galinzdra dice encantadoramente: ¡Mi puerta siempre esta abierta para nuevos reclutas!
Seldrion dice: Gracias, gracias.
Galinzdra continuo con sus tareas burocráticas, feliz porque había ayudado a un nuevo recluta y esperaba forjar un gran mago de ese tímido semi-drow. Por otro lado, Seldrion salio del despacho anhelando conocer a Rhylzaer y esperando que fuera tan cálido y encantador como Galinzdra... no sabe donde con quien estaba apunto de comenzar su instrucción.
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